El chorizo es uno de los productos más tradicionales de la gastronomía española y, como no podía ser de otra manera, se encuentra presente como un ingrediente básico en innumerables platos de nuestra cultura culinaria.
Cuando el chorizo es fresco y se ha elaborado con las mejores materias primas y siguiendo un método artesanal, podemos afirmar que su ingesta constituye un autentico placer para los sentidos: frito, a la barbacoa, a la parrilla, en guisos… pero antes de consumirlo debemos darle el tratamiento de conservación adecuado que nos garantice que sus propiedades no se hayan visto alteradas.
Una vez adquirido el producto, con el fin de poder apreciar todo su sabor y conseguir que este mantenga todas las características y propiedades, ya sean olfativas, gustativas y nutricionales, solo es necesario seguir los sencillos pasos que a continuación os detallamos.
Cómo conservar el chorizo fresco correctamente
El chorizo fresco lo podemos adquirir en diferentes formatos: en ristra, al vacío o en bolsas en atmósfera protectora. Para garantizar al máximo las cualidades del producto en cada una de estas presentaciones, basta con seguir unas sencillas recomendaciones.
– Chorizo fresco en ristra
Lo ideal es mantenerlo en un lugar fresco y que la luz no incida directamente sobre él. Debe colgarse para que se airee y debe evitarse que las piezas tengan contacto entre si. Si en verano la temperatura ambiente es muy alta y no se dispone de un lugar apropiado, la recomendación es la de mantenerlo en el refrigerador envuelto en un paño húmedo.
– Chorizo fresco envasado al vacío
En este formato, el chorizo debe permanecer siempre en la nevera. Su durabilidad es mayor siempre que el envase este cerrado, una vez abierto, si no se ha consumido la pieza en su totalidad, es aconsejable untar el extremo por donde hemos hecho el corte con aceite y envolverlo con film transparente.
– Chorizo fresco envasado en atmósfera protegida
En este tipo de envasado la durabilidad del producto es mayor que en el envasado al vacío y cabe destacar que la calidad no se ve alterada por ningún tipo de aditivo. Aún así, siempre debe conservarse en frío. La principal recomendación a la hora de optar por consumir el chorizo fresco en este tipo formato es la de asegurarnos que el envase no presente ninguna anomalía, como por ejemplo un pinchazo. Una vez abierto el envase, la conservación es igual que en las presentaciones anteriores.