La chistorra de por si es uno de los productos navarros (y del noreste peninsular) que más éxito tienen temporada tras temporada en las fiestas, mesas y eventos en general de nuestra gastronomía (y de otras que a lo largo del mundo han ido haciéndose con este manjar). ¿Y sabéis qué es lo mejor del asunto? Que es normal que esto haya pasado, ya que no solo es que sea deliciosa, sino que también es enormemente polivalente. ¿Queréis hacerla para colocar entre pan y pan, para hacer a la barbacoa o mismamente para emplear en alta cocina? ¡Pues se puede! De hecho es ideal para hacerse una cena rápida y sabrosa (algo tan sencillo como unos huevos fritos con chistorra es un plato inimitable).
Ahora bien, ya sabéis que cuando una cosa tiene éxito todos comienzan a replicarla al precio que sea; lamentablemente en muchos casos dejando de lado la calidad. Y el caso de la chistorra no iba a ser distinto. De hecho, ¿cuántas marcas no hay ahora que recurriendo a la producción intensiva y sintética echan mano de los aditivos más inimaginables? Os sorprendería saber los colorantes, espesantes y conservantes no naturales que se están utilizando (y todo por acelerar la producción y ahorrar unos céntimos). ¿Merece la pena?
Si queréis calidad, lo mejor que podéis hacer es recurrir a los fabricantes que respetan los productos y la tradición, que no meten sustancias que no vienen a cuento y que cuidan los tiempos necesarios para sacar una buena chistorra al mercado. Y claro está que entre ellos está Juan Flores y su chistorra ecológica. ¡Única en el mercado!
Imaginaros una chistorra secada lentamente y elaborada solo con la mejor carne de cerdo y con pimentón, ajo y sal procedentes de cultivos/producciones ecológicos. Y obviamente sin sustancias sintéticas añadidas para alargar su fecha de caducidad o para “trucar” el sabor, el color o la textura. ¿Queréis dar una sorpresa a los invitados de una fiesta? Pues id preparando un buen pan y un aceite de oliva de calidad, ¡que la chistorra la ponemos nosotros!
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