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Recientemente la OMS ha publicado una información que ha desatado una reacción generalizada de incredulidad en el sector cárnico y en el de la alimentación en general; y es que como muchos habréis podido ver en los medios de comunicación, esta organización transnacional sacó a la luz un informe en el que se indicaba que la carne roja era cancerígena; equiparándola a productos tan nocivos como el tabaco, el alcohol u otras sustancias más controvertidas. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Os lo explicamos.

El origen de la problemática viene de que la OMS, auspiciándose en un análisis de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, detectó que el consumo de 100 gramos diarios de carne procesada (salchichas, panceta, jamón, etc.) aumentaba la posibilidad de tener cáncer de colon en un 18%. Y como era de esperar poco han tardado en llegar las críticas de los científicos de medio mundo, que tomando como base la idea de una dieta equilibrada, han querido tranquilizar a la población para que sea consciente de que lo importante es comer de todo y en su justa medida.

Alarmismo innecesario por parte de la OMS

A la palestra han salido organizaciones como la británica Cancer Research UK, que tras el polémico informe ha querido dejar claro cómo un consumo excesivo de carnes rojas, como con todo, sí puede llegar a ser perjudicial; pero solamente si el consumidor abusa, saliéndose de los parámetros que cabrían esperar para una dieta saludable. De igual manera, la Meat Advisory Panel también ha querido aclarar que evitar las carnes rojas no es una estrategia sensata, mas aún cuando puede ser perjudicial para la salud su exclusión de la dieta; especialmente teniendo en cuenta que este milenario alimento es una potente fuente de hierro, zinc y vitamina B12, esenciales para la vida humana. Ateniendo a sus expertos habría que centrarse en combatir el consumo de otras sustancias más dañinas como el alcohol o el tabaco, que juntos causan cerca de dos millones de muertes anualmente; a diferencia de los poco más de 30.000 casos que se dan por abuso de carnes procesadas (que encima suelen darse en situaciones relacionadas directamente con la ingesta excesiva de subproductos de dudosa calidad o comida rápida).

En Navarra la calidad está contrastada

En un ámbito más cercano la respuesta también ha sido aireada, pues desde el gremio de carniceros de Navarra no se entiende semejante alarmismo cuando los datos indican que lo mostrado por la OMS está fuera de contexto; especialmente en un momento en el que muchos de los fabricantes de la comunidad foral, incluyendo Embutidos Juan Flores, mantienen un estricto control de la calidad del producto, sirviendo a sus clientes alimentos elaborados con las piezas más selectas de la ganadería navarra.

Los productos que salen de la planta de Juan Flores, independientemente de que sean chistorra navarra u otros, pasan por estrictos controles sanitarios que por voluntad propia van mucho más allá de los establecidos legalmente; presentan un índice de materia grasa de hasta un 10% inferior a la media, y por si fuera poco en algunas líneas de producción se emplea materia prima puramente ecológica. En definitiva podéis confiar en los embutidos de Juan Flores y en las empresas serias del sector.

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