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“La receta de la abuela pero mejorada”. Ese es el secreto que llevó este domingo de sol y nubes a los hermanos Sarnago Recalde, de Embutidos Hortanco (Tafalla), a alzarse con el primer premio en la novena edición del Concurso Navarro de Txistorra, celebrada en el barrio de La Milagrosa de Pamplona.

El segundo puesto fue para los hermanos Iriguibel, de Cárnicas Iriguibel (Huarte); y el tercero, para Daniel Bacaicoa, de Embutidos Bacaicoa (Zubiri).

40 chistorras y sólo una ganadora

Magro de cerdo, tocino, “bien de grasa”, pimentón, sal y ajo. Esos son los ingredientes de la chistorra, explicó Rafa Aguerri, uno de los cinco cocineros de esta fiesta gastronómica. Cada uno se encargó de cocinar 8 de las 40 chistorras candidatas a llevarse el gran premio.

Las frieron “a fuego lento” para que salieran “jugosas pero hechas” y sólo “con un poquito de aceite”, contó este chef, que no paró un segundo desde las 8.00 de la mañana hasta las 15.00 de la tarde.

“¡Oye! ¡Chistorra, piden chistorra!”, se escuchaba en las cocinas. La demandaban el jurado del concurso y las decenas de personas que acudieron a disfrutarlo, en el que por 1 euro se ofrecían un pincho de este producto de la tierra y un vasito de vino.

LA CLAVE ES “EL EQUILIBRIO”

La chistorra “debe ser equilibrada en la mezcla de ingredientes para que no destaque ninguno por encima de los demás”, explicó Javier Sarnago tras recoger el premio.

Para llegar hasta ahí, él y su hermano tuvieron que trabajarla y hacer pruebas hasta que saliera “perfecta”; “y si te caes, te levantas y sigues”, aconsejaba. “Hay que tener mucha vocación para hacer una buena chistorra”, terminó, ajustándose la txapela que venía con el galardón.

Pero no fue éste el primer triunfo de los Sarnago: ganaron también en la edición de 2012. “Llevarse el primer premio te da fama, y consigue que la gente te llame y pida tu producto”, señalaba Javier, “aunque por eso mismo, como no guste…”.

La jornada, que comenzó pasada por agua y con los castillos hinchables empapados, se despidió con sol y una exhibición de deporte rural a cargo de Inaxio Perurena y Eneko Saralegui.